Durante 28 años de
funcionamiento, el servicio de Trasplantes del Instituto de Seguridad Social
del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) ha realizado 481 trasplantes
renales, ocho hepáticos y 300 de córnea.
Esta especialidad surgió en la llamada
Policlínica, donde se registraron 34 trasplantes de riñón de 1992 a 2002,
posteriormente en el Centro Médico Toluca se sumaron 441 derechohabientes de
2003 a 2019, de las cuales 269 cirugías son de donador vivo y 172 corresponden
a donador fallecido.
Vicente Cardona Infante, responsable del
Servicio de Trasplante de Órganos del Centro Médico ISSEMyM, dio a conocer que
en lo que va del año, se han llevado a cabo en este hospital seis trasplantes,
y para garantizar la compatibilidad entre el donante y el donador, deben
existir factores comunes como grupo sanguíneo, tamaño del cuerpo y condiciones
inmunológicas específicas.
Añadió que, para el trasplante de cada órgano,
se requiere cumplir con factores específicos que sólo con estudios de
laboratorio, rayos X, pruebas de esfuerzo, pruebas de función hepática y renal
pueden considerarse factibles en la elección del receptor.
Cardona Infante agregó que el riñón es el órgano
con mayor incidencia para ser trasplantado debido a que suele resultar afectado
por enfermedades crónicas no trasmisibles como diabetes, presión arterial alta,
infecciones de la piel y garganta con reacciones secundarias y la ingesta
continua de medicamentos puede dañar su función e iniciar con dificultades.
La función principal de los riñones es filtrar y
eliminar los desechos, minerales y fluidos de la sangre, mediante la producción
de la orina, por lo que, cuando pierden su capacidad de purificar empiezan a
acumularse niveles tóxicos de líquidos en el cuerpo, en ocasiones se llega a
perder hasta 90 por ciento de su función normal, y es lo que se llama
insuficiencia renal.
El especialista comentó que llega un momento que
el daño es tan grande que el paciente debe iniciar diálisis peritoneal para
suplir la función natural que realizan los riñones, la persona debe conectarse
diariamente a una máquina para limpiar la sangre del cuerpo y el médico se
apoya, además, de medicamentos y un estricto plan nutricional.
Señaló que cuando este procedimiento ya no es
suficiente, se realizan los protocolos necesarios para que el paciente sea
registrado en lista de espera para trasplante.
Es importante destacar que después de la cirugía
de donación de cualquier órgano vital, el paciente continúa en revisión
permanente hasta tres meses después y hasta que el paciente vuelve a integrarse
a sus actividades cotidianas.
Para finalizar, Vicente Cardona Infante indicó
que actualmente se tienen 20 pacientes en lista de espera, quienes de acuerdo
al comportamiento histórico de los registros estadísticos podrían esperar hasta
un año para la realización de su trasplante, lo que depende exclusivamente de
la cultura de donación, la cual aún necesita fortalecerse.