A través del grupo de especialista que brindan
terapia física integral, de lenguaje, ocupacional y psicológica, el Centro
Estatal de Rehabilitación y Educación Especial (CEREE), adscrito al Instituto de
Salud del Estado de México (ISEM) permite incorporar a las actividades de la
vida diaria a niños y adultos que padecen enfermedades físicas, mentales o que
han sufrido alguna lesión.
Entre los tratamientos que se brindan en este lugar se encuentra la atención al
autismo, un padecimiento congénito e irreversible, que afecta a uno de cada 160
niños a nivel mundial y que se manifiesta antes del primer año de vida con
comportamientos violentos y repetitivos, falta de contacto visual, lenguaje,
aprendizaje y resistencia a la socialización.
“Es una condición en donde los niños tienen problemas principalmente en la
parte social, en la parte de comunicación, que no tienen una expresión física,
son los típicos que de repente no sonríen mucho, no juguetean mucho con las
manos, de repente no interactúan tanto”, afirmó la Doctora Érika Alanís Rojas,
Coordinadora del Área de Terapias, del CEREE.
Debido a su autismo, Brandon Díaz Sánchez ingresó a este Centro en septiembre
de 2017, con siete años de edad fue valorado y atendido con diversos estudios
que, posteriormente le permitirían a los especialistas planear el tratamiento y
actividades a seguir.
Adriana Sánchez Méndez, mamá del menor, recordó que su niño tenía una
afectación motriz elevada, pues no podía subir las escaleras, no podía caminar
en la calle e incluso no toleraba el ruido del ambiente.
Gracias a los servicios de terapia física y ocupacional que son necesarios para
cualquier niño con autismo, ahora convive con niños de su misma edad, con
familiares y amigos, por lo que se ha desarrollado socialmente y acude a la
escuela.
“Con él se trabajó principalmente en el CEMS, que es el Cuarto de Estimulación
Multisensorial, pasó también a terapia física, en donde se trabaja toda la
parte motora gruesa que incluye saltos, el tipo de marcha en algún momento,
caminata en puntas que de repente tiene o habilidades motoras”, comentó la
Doctora Alanís Rojas.
La Cámara de Estimulación Multisensorial (CEMS), es única en el sistema de
salud estatal. Reúne herramientas terapéuticas como cortinas de burbujas,
lluvia sensorial de fibra óptica, paneles de sonido, pantallas táctiles,
linternas de imágenes, proyector de colores, y alberca de pelotas sensitivas,
que permiten tratar dificultades de lenguaje y espectro autista.
La infraestructura, tecnología y la especialización del personal de salud ha
permitido que además de Brandon, otros 54 niños hayan sido atendidos durante la
presente administración del gobierno estatal.
También hay otras condiciones para avanzar en los tratamientos, como el
contacto humano y la atención de calidad, por ello, Adriana Sánchez Méndez
reconoce que es esencial la participación familiar, principalmente desde sus
primeros años, porque hay actividades que los niños deben de realizar en casa,
con información e indicaciones del médico o terapeuta.
“Yo creo que cualquier niño, aunque no sea especial, requiere apoyo en sus
primeros años, pero también mi compromiso como mamá, querer salir adelante con
él, las terapias, la asesoría que uno toma es lo que nos permite salir adelante
con los niños, pero primordial también hacerlo sentir como una persona normal,
un niño típico, que él no tienen ninguna discapacidad más que la que uno le
imponga”, mencionó la mamá del menor.
La Doctora Alanís Rojas comentó que el niño “continúa trabajando con la parte
social, con la parte de actividades de la vida diaria, ya en un ambiente pues
totalmente real, entonces ahí se hace el vínculo, totalmente entre la escuela,
el padre y lo que son las terapias o el tratamiento que está llevando el niño”.
En los últimos 22 meses el CEREE ha otorgado más de 2 mil 640 terapias,
brindando nuevas oportunidades de rehabilitación que permitan la inserción
social a estas personas y que tengan una vida normal.
Finalmente, la mamá confía en que Brandon pueda seguir adelante y hacer su
vida, no necesariamente acompañado, sino que pueda hacerlo de forma
independiente pero también con las instituciones de salud estatal y la familia.
“No hay manera de cómo pagarlo que sólo con la sonrisa, el desarrollo y
crecimiento que ha tenido mi hijo, pero seguir impulsándolos a que sigan
trabajando y con ese compromiso, que los veo muy comprometidos, con mucho
entusiasmo y que sigan captando gente de este tipo, comprometida y con ganas de
salir adelante y sacar nuestros hijos adelante”, externó Adriana Sánchez, mamá
de Brandon.