Ha comenzado la recta final de las administraciones y con ello la entrega del último Informe de Gobierno, mismo que en muchos de los municipios pasó de ser uno de los actos más trascendentes, al evento menos relevante del trienio ya que desafortunadamente para la mayoría de los alcaldes la entrega-recepción es una prioridad a la cual no pueden dar la espalda.
Para la oposición, no existirá el perdón o la falta de memoria, por eso los presidentes municipales están concentrados en que sus áreas de tesorería, administración y obras públicas aclaren las inconsistencias registradas en sus bitácoras. Las cifras deben cuadrar al cien por ciento por eso están conscientes de que los documentos probatorios serán su mejor arma ante los cuestionamientos de los equipos de transición.
En la cacería se evidenciará la participación de los amigos y familiares que se enriquecieron con la creación de empresas fantasma. Se hablará de esos personajes que solamente aparecían en fechas de pago y que desafortunadamente jamás pisaron sus áreas de trabajo.
Surgirá la lista final de sindicalizados y se demostrará quienes fueron hechos especialmente para ocupar un cargo en la administración pública ya que fuera de ella no podrían aportar nada interesante a la sociedad. Pero eso no es lo peor, brotarán propiedades nunca antes vistas; casas y autos que nadie sabía que existían.
Comenzará el tránsito de los últimos camiones de materiales y mobiliario a las viviendas de los funcionarios; pero nada de eso es nuevo, en realidad siempre ha existido. Hoy ante la presencia de los nuevos servidores públicos, las oficinas gubernamentales dejaron de ser una bodega de obsequios de fin de año y también mágicamente desaparecieron objetos decorativos que eran presumidos antes del mes de julio.
La devastación de la pasada elección se convirtió en la más grande escoba que podría pasar por los cubículos porque arrasó hasta con las cajas de hojas y bolígrafos que antes podían observarse junto a las impresoras y computadoras de las y los asistentes.
Al final esto no se acaba hasta que se acaba, por eso muchos tienen la esperanza de recibir el último aguinaldo y bono del año. Los únicos despreocupados son los regidores, directores y coordinadores porque ellos fueron los más beneficiados durante los tres años.
¿La entrada de la oposición realmente pondrá fin a la corrupción que tanto ha permeado en las administraciones al final de su mandato?
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