Monseñor Francisco Javier Chavolla Ramos, Arzobispo de Toluca dijo a los sacerdotes que el confinamiento derivado del Virus por COVID-19 es una oportunidad para resurgir y enfrentar los estragos de la pandemia que se avecina.
Lo anterior durante la celebración de la misa crismal, donde monseñor pidió al presbiterio no encerrarse en sí mismos y adormecer el espíritu misionero, pues las comunidades parroquiales necesitan de sacerdotes renovados.
Chavolla Ramos, precisó que hoy más que nunca el sacerdote debe capacitarse para vencer el gran desafío pastoral, “la crisis ocasionada por la pandemia, debe ser tomada como una experiencia de sufrimiento con historias que tienen nombre y rostro de los que padecen la enfermedad, así como de dolor de personas que no se despide de sus seres queridos que murieron contagiados”.
Cabe mencionar que en la celebración de la misa crismal se bendijeron los santos óleos, para ungir a quien los necesitan; dicha celebración fue realizada ante la presencia de algunos sacerdotes reunidos en la Catedral de Toluca.y a puerta cerrada.
El Arzobispo de Toluca mencionó que la pandemia es un signo de los tiempos y a través de ella, Dios nos invita a no perder la confianza en Él, a pesar de este dolor; es necesario mirar el futuro con esperanza y confiados en el resurgimiento, con la alegría de convertirse en mejores personas, pues eso permitirá transformar la vida sacerdotal.
«Sé muy bien que no será fácil la nueva realidad por esta situación crítica y se corre el peligro de encerrarnos en nosotros mismos y adormecer el espíritu misionero. Pero las comunidades parroquiales necesitan de sacerdotes renovados de esta manera, la fe permitirá abandonar la lógica de la repetición e invita a instaurar un tiempo nuevo”.
Finalmente Monseñor Francisco Chavolla comentó que esta pandemia, ya ha preparado al presbiterio para este cambio radical de la vida sacerdotal, “dejemos que el Espíritu de Cristo nos enseñe a cuidar y curar heridas del pueblo. No abortemos la vida nueva que se gesta en el interior de la familia sacerdotal, tenemos que dar luz a un presbiterio renovado que hoy necesitan los fieles», concluyó.