Rostros de tristeza y dolor, además, exigencia de justicia enmarcaron el último adiós a un agente municipal, abatido a balazos por un automovilista que se negó a una revisión y le disparó en San Mateo Atenco.
¡Flores García Jorge!: «¡Presente!» respondieron fuertes sus compañeros, seguido de una cascada de aplausos y el sonido de las sirenas de las patrullas apostadas frente a la explanada de la Presidencia.
El martes, familiares, colegas y amigos realizaron una misa de cuerpo presente en la capilla, luego una guardia de honor y el tradicional pase de lista acompañado de un recorrido de vigilancia en su unidad al panteón.
Su hija junto a la madre recibieron la bandera del oficial caído en cumplimiento de su deber, uno de sus nietos cargó su fotografía junto al ataúd en la batea del vehículo oficial escoltado por cientos de personas.
En la caravana hasta el camposanto que duró casi una hora, decenas de vecinos salían de sus domicilios para observar el paso del contingente, mientras sonaba la música de mariachi, Mi viejo y La Feria de las Flores.
En su última morada, se escuchó el llanto de los suyos, coronas y arreglos florales se colocaron en la tumba, elementos de seguridad pública acompañaron el recorrido que se prolongó más de 3 kilómetros.