Francisco Javier Chavolla Ramos, Arzobispo de Toluca precisó que en este tiempo especial y de grandes retos, el mundo requiere de hombres y mujeres de fe, esperanza y confianza, que enfrenten las adversidades, el miedo y el sufrimiento.
Lo anterior durante un emotivo mensaje que emitió monseñor Chavolla Ramos por sus 29 años de vida episcopal, y en el marco de los festejos de la Virgen del Carmen que en esta ocasión por la pandemia de COVID-19 no fueron los acostumbrados.
El pastor católico destacó que es necesario, que los hombres y mujeres de hoy sean prudentes, sensatos, que ofrezcan el verdadero testimonio de grandeza de ser hijos de Dios, “deseo que todos, hombres y mujeres de fe, esperanza y confianza, estemos a la altura de lo que Dios nos pide, ser testigos de su amor en medio de las adversidades”.
Es cierto, dijo, tenemos miedo de padecer, sufrir y hasta de morir, pero es necesario confiar en Dios y vencer las angustias y temores, pues estos deben estar siempre bajo el régimen de la voluntad de Dios.
“Pido para mi gente mis sacerdotes, de la vida consagrada y los fieles laicos, que sí tienen miedo se pongan en las manos de Dios y le digan: háganse tu voluntad, es decir, que sean discípulos fuertes, auténticos y valientes llenos de fe y esperanza en Dios”.
Desde hace 16 años, mencionó monseñor Chavolla Ramos, al llegar a Toluca “les expresé mi amor, es evidente que sigue estando en mi corazón y prevalece ese amor por ustedes. Falta mucho para hacer realidad ese amor, pero están mi corazón de pastor”.
Finalmente el Arzobispo de la Arquidiócesis de Toluca pidió a Dios en este aniversario episcopal, que le conceda la gracia de ser uno de sus hijos y responder con ese amor a sus fieles, “quiero pedirle y decirle que Él es mi Dios y que me perdone todos los momentos difíciles en los que le he ofendido, pero también que me conceda la gracia de darles a ustedes sacerdotes, miembros de la vida consagrada y fieles laicos, un buen testimonio”.
Cabe señalar que derivado de esta pandemia por COVID-19, la celebración de la Virgen del Carmen se concentró sólo en una ceremonia religiosa realizada a puerta cerrada y transmitida vía redes sociales.