En el Museo Arqueológico “Román Piña Chan”, ubicado en la zona arqueológica de
Teotenango, en Tenango del Valle, montaron la exposición «La música en la
cosmovisión prehispánica», que comprende 26 réplicas de artefactos sonoros
antiguos de diversas regiones y culturas del país y que podrá visitarse hasta
el 31 de diciembre, con entrada libre.
El expositor, Agustín García Reyes, ha dedicado varias décadas a la
investigación de sonidos, la exploración de su herencia matlazinca y la
experimentación de diversos materiales, principalmente el barro con el que ha
explorado nuevos sonidos, que buscan representar diversas épocas.
Al corte del listón inaugural de esta exposición asistieron alumnas y alumnos
de la Secundaria “Yermo y Parres”, del municipio de Tenango del Valle, quienes
pudieron presenciar y aprender el sonido y los nombres de los diversos
instrumentos.
En su oportunidad, Carlos Fuentes, Director del Museo anfitrión, explicó a las
y los jóvenes la importancia de conocer y admirar las piezas que conforman la
exposición, ya que forman parte de nuestra identidad como mexiquenses y
mexicanos.
Entre los instrumentos destacaron los caracoles de mar, por su tamaño y color,
las flautas de barro de una sola caña, la flauta doble, el silbato de la muerte
y los capullos de mariposa rellenos de piedra de río, cuyos sonidos
sorprendieron a las y los estudiantes.
García Reyes, acompañado de los integrantes de su agrupación musical, detalló
que las flautas “Tlapitzalli” estaban hechas de barro, carrizo, hueso o madera
y tenían múltiples diseños que incluían rasgos zoomorfos o antropomorfos, de
formas tubulares, globulares y embocadura de tubos dobles o triples.
Además, al explicar a los asistentes las características de los instrumentos
sonoros, García Reyes demostraba los sonidos de cada uno de ellos.
Otros simulan sonidos de aves y animales, tal es el caso de Flauta de paloma
huilota, hecha con la forma del ave y que genera el murmullo de la misma, las
sonajas vinculadas a la lluvia y el agua y los tambores.
Finalmente, con el apoyo de varios instrumentos interpretaron «El canto
del oso» y el expositor destacó que la utilización de los instrumentos
musicales complementados con el canto y la danza, permitieron en muchas
culturas realizar una adecuada comunicación con sus energías sagradas.