Aunque el precio de los billetes sufrieron su mayor caída desde 2008 en el tercer trimestre, la ocupación de los aparatos ronda el 50%
Los precios de los billetes de avión no paran de bajar… y la ocupación de los vuelos también. La lógica económica de a menor precio mayor demanda no funciona en este momento en el transporte aéreo.
Y no lo hace por una mezcla entre las restricciones impuestas por los gobiernos a los viajes para frenar la expansión del coronavirus, la confusión de los pasajeros sobre qué pruebas necesitan hacerse para entrar en determinados lugares y la desconfianza que existe para montarse en los aviones.
La consecuencia de esta cóctel de factores es que aunque nunca ha sido tan barato volar, los aviones no se llenan.