El oficio de restauración de imágenes religiosas lo realizan decenas de familias mexiquenses, sin embargo, esta ha sufrido cambios importantes con la pandemia de COVID-19, bajando la actividad de forma significativa.
Jair Rico, quien aprendió el oficio de restaurar imágenes a través de sus padres, dio a conocer que con la pandemia disminuyó mucho el trabajo así como la fabricación de los mismos.
«Son 22 años los que me he dedicado a reparar imágenes del Niños Dios; la mayoría llega porque se les ha caído a los dueños, o por el tiempo la pieza presenta raspaduras o falta de pintura, y es ahí donde entramos nosotros».
Asimismo comentó que dicha actividad ha sido heredada por generaciones, “somos cuatro personas las que laboramos en este taller, ya que nuestros padres y abuelos nos heredaron el oficio, la cual, amamos”.
En época buena, sin COVID realizamos de 50 a 80 restauraciones, sin embargo, debido al confinamiento el trabajo ha disminuido, pero damos gracias a Dios por que tenemos trabajo y lo hacemos con amor y calidad.
Jair refirió que en la elaboración de las imágenes del Niño Dios la que más vende o es solicitada por los clientes es el niño doctor o de la salud, así como todo vestido de blanco, asimismo le han solicitado colocar cubrebocas, “pero nosotros no trabajamos este tipo de accesorio, la gente se lo coloca después”.