El arte de hacer reír a través de la
capacidad de expresión espontánea, libre de tabúes y prejuicios, como lo es el
clown y arte circense, robó sonrisas a niñas, niños, jóvenes y adultos que
disfrutaron de diversas presentaciones de este género en el Festival de las
Almas.
El público vivió una experiencia apasionante con la presentación de la Banda
Triciclus Circus Band, que puso a bailar y cantar a la gente con temas como
Matrioshka, Influenza, El Amor, Volar, Lady, Ojos, y muchos más que pertenecen
a su nueva producción discográfica Ojos, la cual está dedicada a un amigo que
falleció y que van a doc con estas fechas en que se recuerda a los seres
queridos que se han ido.
Con esta producción, que cuenta con 16 temas, celebran 10 años de carrera, y es
tan emotivo que llega a la gente, pues transmite el sentir y la pasión por la
música, tal como se vivió en el Festival de las Almas, espacio abierto a la
expresión y al disfrute del arte.
Ataviados de payaso y “ropa de vagabundo”, a decir de Alejandro Preisser, esta
banda rompió la barrera con el espectador y se integro al público para bailar, interactuar,
hacerlos participar y contagiar los ritmos peculiares con diferentes sonidos de
todas las regiones.
Llegada la noche, tocó el turno de Aziz Gual, que puso a pensar al público con
su espectáculo de clown tragicómico, donde el protagonista de la historia
vuelve a sus orígenes y recupera esa inocencia infantil en donde todo parece
desconocido, e implicó una reflexión sobre la esencia humana.
En silencio y con la atención puesta en el “Bestiario del Gesto”, el discípulo
de Marcel Marceau, conmovió al público con este viaje que invita al
reconocimiento de uno mismo, y asombrarse cosas que se muestran tan cotidianas
como el latido del corazón.
Con la reflexión del ser humano, de saber quién es, el también colaborador de
la creación del proyecto “Circo del mundo”, del Cirque Du Soleil en México,
presentó a un hombre sin recuerdos, no reconoce los gestos ni sus manos, hasta
que se ilumina sorpresivamente su conciencia y se da cuenta que está vivo,
llevando el mensaje a las y los espectadores de encontrarse y poner atención a
su ser, cuidarlo y reconocerse.
Posteriormente, de la mano del Festival de las Almas, las obras ganadoras de la
quinta edición del Concurso Estatal de Cortometraje y Guión Cinematográfico
OTOPAME, llegaron a Valle de Bravo, para que, de manera gratuita el público
vallesano las conozca.
El Auditorio del Museo “Joaquín Arcadio Pagaza” se convirtió en sala de
proyección para que el público disfrutara de “El coyote y el fuego”, obra de
David Gómez, ganador en la categoría Creación Infantil, género Animación, que
recrea el mito del maíz en la cultura otomí.
“K´ani. Entre otomíes, quelites y recuerdos”, es otra de las obras
triunfadoras, que aborda las costumbres y tradiciones en torno a la cocina en
Temoaya, le valió a Sara Jerónimo Pascual el primer lugar en la categoría
Documental.
Por último, la historia de brujas creada por María Romero Domínguez, originaria
de San Andrés Cuexcontitlán, Toluca y ganadora en la categoría de Ficción y
Acción Viva, impresionó y también asustó a los asistentes.