Raúl, quien pide no aparecer con su nombre real, lo ha visto todo, le ha tocado observar todo tipo de cadáveres, hombres y mujeres, aunque reconoce que el tema de los niños es un tema aparte, no oculta la nostalgia.
Mientras, suspira y jala aire advierte, los indicadores de violencia contra menores de edad, se han intensificado, los últimos años, son muchos los factores dice, pero siempre le pega levantar un cuerpo de un infante.
Hace once días, una llamada a la Fiscalía mexiquense alertó al personal que recién había entrado a su guardia ese domingo, «hay un 25 en Calimaya», se escuchó en la oficina ubicada en Lerma tras colgar el teléfono.
El 3 de mayo, los restos de un pequeño no mayor a 8 años de edad, fueron hallados abandonados a un lado de la carretera que conduce al emblemático zoológico de Zacango, en la comunidad de San Marcos de la Cruz.
Entre los vecinos del poblado rural donde casi todos se conocen, nadie pudo dar información de sus familiares, presentaba diversos hematomas en su cuerpo, heridas en labio y cuello, además, estaba descalzo.
El médico legista determinó en primero momento un edema cerebral secundario a hemorragia subaracnoidea después de un traumatismo craneoencefálico grave, la línea de investigación apuntó a un maltrato infantil.
Luego de que nadie acudiera a reclamarlo activistas junto con la propia institución de justicia estatal iniciaron una campaña para dar con los padres a través de un retrato hablado de el «niño del suéter rojo».
Las autoridades esperarán hasta el 3 de junio para dar con algún pariente, de lo contrario podrían enviarlo a un panteón ubicado en el municipio de Naucalpan, mientras, concluyen las investigaciones del caso.