COMO SER EUNUCO EN LA CORTE IMPERIAL CHINA

Por Alexander Martínez.

Creciente fértil.

Hace unos 5000 a 6000 años atrás, en el neolítico, momento en el que los humanos abandonan la vida nómada y se establecen en comunidades sedentarias, y alrededor de una zona bañada por los ríos Nilo, Jordán, Éufrates y Tigris, conocida como el creciente fértil, el hombre comenzó  a capturar animales; aprendió a domesticarlos y a controlar su reproducción, conocimientos que le permitieron controlar la adquisición de cárnicos sin necesidad de cazar, además de obtener otras materias primas como pieles, huesos y mantecas.

Para consolidar su dominio sobre las bestias, se comenzaron a realizar actividades para reducir la agresividad de los animales, como el descuernado, el anillado del hocico y… la castración.

Con este ultimo método,  el hombre se dio cuenta de que no sólo se reducía el apetito sexual  de las bestias y se anulaba su capacidad de reproducirse, sino que además se eliminaba su agresividad. Así que tal vez alguien pensó: si los animales se vuelven más dóciles ¿ocurrirá lo mismo con las personas? Es así como cerca del año 2000 a.C. surge la figura del eunuco.

Por definición, un eunuco es un hombre al que se le han mutilado parte de sus genitales. En ocasiones se trata de una castración simple en la que sólo los testículos son extirpados,  pero en otras se retiraba también el pene.

La mayoría de las veces los eunucos eran esclavos o siervos, personas sin posibilidad de decidir que sencillamente tenían que vivir aquella vida. Pero en algunos lugares no se trataba  de esclavos, sino de hombres libres que habían decidido llevar esa vida. La razón era simple:  ganar mucho prestigio. Por ejemplo, en el antiguo imperio Aqueménida, así como en el Reino de los Hititas, los eunucos eran incluso los gobernantes regentes cuando el heredero al trono era muy joven para gobernar.

Pero el lugar donde los eunucos tuvieron mayor poder fue sin lugar a dudas  China. En ese país, los eunucos eran un grupo con inmenso poder, ya que servían directamente al emperador. La mayoría de ellos descendían de ciudadanos comunes y  dado que no tenían una descendencia propia, los emperadores consideraban que sólo un eunuco  que carecía de ataduras familiares o deseos carnales, podía serle fiel a su señor si éste caía en desgracia, además de ser  perfectos para custodiar a las concubinas del emperador y a los mensajeros recluidos en el palacio.

Corte imperial China.

Sin embargo, como lo dice el titulo, antes de presentarse al palacio imperial a servir, debían deshacerse de los genitales. A diferencia de otras partes del mundo, los chinos siempre realizaban la operación completa… y no era un asunto cualquiera, ni tampoco cualquiera podía operarse.

El hombre que optaba por la castración lo hacía bajo la dirección de un eunuco de rango superior, y el costo que cobraban los cirujanos o barberos especializados  por sus servicios era de 6 lingotes de plata, una fortuna para la época, así que quien no perteneciera a una familia  opulenta debía ahorrar por años. Y muchas veces, realizar la operación no era garantía de mayor prestigio o una vida mejor, ya que muchos morían en el proceso de sanación.

En fin,  la castración se realizaba de la siguiente manera:

Después de anestesiar al  “voluntario” (a veces elegido a la fuerza por el resto de su familia) dándole de beber  alcohol con hierbas,  les untaban sus genitales con un aceite desinfectante,  se le ataban los pies y las manos, les vendaban los ojos y los desnudaban.  El barbero envolvía la base del pene y los testículos en una venda que ajustaba fuertemente para después retorcer hacia un lado. Luego cogía un cuchillo curvo bien afilado y preguntaba al futuro eunuco si estaba seguro de lo que iba a hacer, en caso de ser un menor la familia respondía por él. Si la respuesta era afirmativa, realizaba un corte fuerte y veloz, cercenando los genitales y quedando solo visible el conducto urinario, que se le cortaba al ras del pubis para poder orinar, y el conducto espermático que se le replegaba e insertaba en la carne. Sin duda los gritos de dolor eran indescriptibles y la hemorragia que se producía era abundante.

Representación de un cirujano realizando una castración.

Después de la operación, la herida se trataba con baños de sales y aceites, además el cirujano insertaba una pequeña cuña de metal en la punta del conducto y el recién creado eunuco tenía que durar 4 días sin comer, sin sentarse y por si fuera poco, mantenerse caminando. Pasado este tiempo, se debía retirar la cuña y ver si podía orinar; si era capaz de hacerlo, la operación había sido un éxito y estaba preparado para solicitar un puesto en el palacio (porque no era una seguridad ser seleccionado para servir al palacio después de la operación); caso contrario, la muerte sería la siguiente parada, no sin antes precederle unas semanas de agonía y sufrimiento.

Cuchillo y vasija para guardar pene y testículos.

La costumbre de castración hacía que los genitales cercenados fueran guardados por el cirujano hasta que fueran reclamados por su antiguo propietario previo pago de un dinero, pues si el eunuco escalaba posiciones en el palacio debía enseñar sus despojos. Pero si el eunuco moría sin poder recuperarlos se le cosía un pene hecho de arcilla o porcelana para poder ir al cielo.

En su diario vivir, los eunucos desarrollaban un complejo de inferioridad. A los que lograban servir en el palacio imperial se les reconocía porque vestían de túnica larga y pantalones grises, eran sumisos, caminaban de forma retraída y hablaban con voz muy aguda; pero así y todo también se  recuerda a algunos por su perversión sexual, a pesar de la ablación de sus genitales, tenían la capacidad de sentir fuertes impulsos sexuales, al grado  violentarse por ello; por ejemplo, se sabe que un eunuco provocó la muerte de una prostituta al no poder ella retirar un enorme consolador que le había introducido por el ano.

Como ves, el asunto suena tétrico, aún así muchas personas  buscaban convertirse en eunucos porque el prestigio y una nueva vida lo valían. La historia suele recordarlos como un grupo numeroso y muy influyente en la corte imperial china. Pero desaparecieron con la caída del imperio, la guerra civil y la formación del estado socialista.

«se les reconocía porque vestían de túnica larga y pantalones grises, eran sumisos, caminaban de forma retraída y hablaban con voz muy aguda»

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