JEANNE DE CLISSON, LA LEONA SANGRIENTA

Por Alexander Martínez.

Jeanne-Louise de Belleville, Dama de Montaigu, nació en el año 1300 en el pueblo francés de Belleville, Bretaña. Fue hija de los nobles Maurice IV de Belleville-Montaigu y Létice de Parthenay. Y terminaría siendo la última de la familia Belleville, que había gobernado la zona por cientos de años, cuando su padre, ultimo heredero varón de los Belleville, murió cuando ella tenía tres años.

Bretaña en un mapa de la Francia actual

A los 12 años fue casada con Geoffrey de Châteaubriant de 19 años, con quien tuvo dos hijos (Louise y Geoffrey), pero su esposo murió en 1326 dejándola viuda a la edad de 26. Con el tiempo, volvería a casarse con un viudo de su misma edad, un noble importante del ducado de Bretaña, Olivier IV de Clisson, de quien adoptaría el apellido y a quien sería leal toda su vida. La pareja tuvo cinco hijos (Maurice, Guillaume, Olivier, Isabeau y Jeanne), ambos eran muy unidos y Jeanne encontró en Olivier la compañía y el cariño que nunca había tenido.

Pero un suceso cambiaría su vida, pues allá por el año 1341, Bretaña se convirtió en el punto focal de la guerra de los cien años entre Inglaterra y Francia cuando el Duque de Bretaña murió sin dejar un heredero varón. Los reyes de ambos países Eduardo III de Inglaterra y Felipe VI de Francia codiciaban la posesión de Bretaña pues era un punto estratégico y les daría ventaja sobre su rival.

Debido a que la riqueza de los Clisson era abundante, pronto la familia se encontró en medio del conflicto de la guerra de sucesión Bretona y aunque Jeanne hizo todo lo posible por evitar el ingreso de su esposo al conflicto, el asunto fue inevitable, pues un amigo de Olivier, Charles de Bois, el nuevo duque Bretón, lo contactó para que lo ayudase a luchar contra el aspirante inglés, John de Montfort;  al final la pareja terminó aliándose con el bando francés.

Charles de Bois

En 1342 los ingleses conquistaron Vannes, ciudad que estaban defendiendo Olivier y Hervé VII de León. Ambos comandantes fueron capturados, pero Olivier sería liberado dos meses después a cambio de un rescate poco significativo.

Tristemente, Charles de Blois empezó a sospechar de él, las fuentes difieren sobre la razón, algunas mencionan que De Clisson se pasó al bando inglés, mientras que la mayoría sostienen que De Blois sospechó por el bajo costo de su rescate. Mientras tanto, algunos miembros del ejército francés lo llamaron traidor pese a la carencia de pruebas, y lo convirtieron en un paria en su propia tierra. A pesar de todo, Olivier siguió siendo leal a la corona francesa, ayudando incluso en la firma de un tratado que, supuestamente, finalizaría la guerra y brindaría una amnistía a ambos bandos.

En 1343 fue de nuevo invitado a suelo francés para participar de un torneo, pero se trataba de una trampa, ya que una vez en Francia fue capturado junto a otros nobles por las autoridades bajo órdenes de Felipe VI, y decapitado por supuesta traición pese a que jamás se presentaron las pruebas; posteriormente su cabeza fue clavada en una pica y exhibida en la capital Bretona, Nantes.

Jeanne, incapaz de hacer algo, solo pudo llorar la muerte de su marido; pero junto a su tristeza también creció el odio. Convencida de que el Rey de Francia y los miembros de la nobleza (especialmente Charles de Bois, a quien habían apoyado) eran culpables de la injusta muerte de su esposo, llevó a sus hijos a observar la cabeza de su padre, para infundir odio en sus corazones, y juntos jurar venganza contra la corona francesa y todos aquellos que habían lastimado a su familia.

Olivier IV de Clisson decapitado por supuesta traición

Debido a que las tierras de su marido fueron confiscadas, Jeanne de Clisson vendió sus muebles y joyería, algunas fuentes señalan que también su cuerpo, para juntar suficiente dinero y, junto a soldados leales a su esposo y  a los otros nobles ejecutados viajó hacia el castillo de Galois De La Heuse, aliado de De Blois. Debido a que las noticias de la ejecución de Olivier de Clisson aún no habían llegado al lugar, le dieron la bienvenida a Jeanne y a sus hombres; ella pensaba que Charles de Bois, a quien consideraba responsable de la muerte de su esposo, se hallaba en el lugar, así que atacaron rápida y devastadoramente aniquilando toda la guarnición, aunque al final de De Bois resultó no hallarse ahí. En venganza, Jeanne ejecutó personalmente a De la Heuse. Para cuando Charles arribó, Jeanne y sus hombres ya se habían retirado llevándose consigo los bienes valiosos del castillo.

Jeanne se percató de que su pequeño ejército tendría pocas posibilidades de causar un gran impacto con sus ataques en Bretaña, además ser riesgosos, por tal motivo, se retiró por las aguas del canal de la mancha junto con sus hijos Olivier y Guillaume para buscar refugio en Inglaterra, pero su hijo Guillaume murió en el trayecto. A pesar de las desgracias, Jeanne utilizó su dinero para comprar tres barcos de buen tamaño, mandó pintarlos de negro y teñir sus  velas  de rojo, todo como símbolo del luto de la familia y de la misión que se habían propuesto como la recién creada flota pirata, la cual llevaría muerte y sangre como sus banderas.

Jeanne de Belleville por Elsa Millet

Así, con 43 años a sus espaldas, Jeanne zarpó con su flota negra, y navegando en las aguas del canal de la mancha atacaba todo barco mercante de bandera francesa. Pronto se ganaron una reputación de salvajismo.

Su modus operandi era terrible. Atacaba a los enemigos por sorpresa, dejando siempre uno o dos sobrevivientes con instrucciones de volver a Francia y contar al Rey lo que había sucedido. Los nobles que llegaban a caer en sus manos solían llevarse la peor parte, porque a pesar de los rescates que pagaban, se cuenta que Jeanne personalmente los decapitaba con un hacha y arrojaba los cuerpos por la borda. Fue esa reputación la que le ganó el titulo de “La Lionne Sanglante” –La Leonesa Sangrienta–.

Como el asunto pronto llegó a oídos de la corona inglesa, le ofrecieron a Jeanne armas y refugio en suelo inglés. Es a partir de este momento que comenzó la verdadera historia de Jeanne de Clisson, comandante de la temida Flota Negra.

Su flota se convirtió en el terror de los franceses, que perdían cada vez más el control del Canal y sus flotas de aprovisionamiento eran incapaces de abastecer sus dominios en Bretaña. En pocos años, el apoyo de Jeanne permitió a los ingleses reconquistar todas las avanzadas francesas en territorio Inglés. Además, sus hazañas no solo se limitaron a la piratería: sus barcos también transportaron suministros a través del canal de la mancha para el ejército inglés destacado en Francia y de vez en cuando arrasaba algunas villas costeras. En gratitud por sus servicios, cuando los ingleses lograron controlar las zonas de Bretaña donde se hallaban las tierras que había pertenecido a su esposo Olivier, le concedieron su posesión.

» Su flota se convirtió en el terror de los franceses »

Jeanne de Clisson apoyó ahora a la casa Montfort en sus aspiraciones al ducado de Bretaña y aunque nunca pudo cumplir su venganza y ejecutar personalmente a Felipe VI y a Charles de Bois, sus acciones si le costaron caro a la corona francesa. El rey se lamentaría muchas veces el haberla convertido en enemiga

Al parecer la muerte de Felipe VI, en 1350, la hizo desistir, porque aunque no pudo matarlo ella misma, sus acciones le fueron muy costosas y eso la hizo sentir satisfecha, considerando que había cumplido su promesa.

Eventualmente, tras varias incursiones exitosas a tierras francesas, Jeanne se retiró en 1356, después de 13 años de  piratería, y se casó con Sir Walter Bentley, uno de los tenientes del rey Eduardo III. Moriría 3 años después, en paz, en uno de sus castillos en la costa sur de Bretaña.

Aunque Jeanne había muerto, su legado continuó vivo con su familia, pues su hijo Olivier, que fue criado en la corte inglesa, luchó junto a los ingleses contra Francia.

Fue en la batalla de Auray, donde Charles de Blois finalmente murió; Olivier Clisson perdió un ojo en batalla, pero se ganó el apodo de “the Butcher” (el carnicero), porque al igual que su madre, él no tomaba prisioneros.

Jeanne de Clisson la Leona Sangrienta

Como muchas fuentes de ese periodo varían o discrepan en algunos puntos, es difícil separar la verdad de la ficción. Sin embargo, la mayoría de las facetas importantes de su vida se hallan en todas las fuentes. Hay además algunos documentos históricos que confirman ciertos aspectos de su historia como su cambio de alianza de Francia a Inlgaterra. Una sentencia de 1343 muestra que ella fue condenada por traición y sus tierras confiscadas. Ese mismo año, documentos ingleses muestran que ganó dinero bajo la corona Inglesa. Y en 1347, Jeanne de Clisson fue confirmada como aliada del bando inglés.

Mientras que algunas partes dramáticas de su historia permanecen inciertas, es claro que Jeanne de Clisson fue crucial para la causa inglesa, y que como muchas otras mujeres de la historia, fue mas que solo una compañera de su contraparte masculina.

En cuanto a su familia, Olivier se reconciliaría con Francia eventualmente, y en 1380 se convirtió en el Condestable de Francia, titulo que le daba la posición de ser el primer noble del reino y el más poderoso solo por detrás del rey. Olivier V de Clisson, fue supuestamente el hombre más rico de Francia cuando murió, y Francisco I que fue coronado en 1515, era uno de sus descendientes. De hecho, desde esa fecha y hasta 1848 cuando estalló la Revolución Francesa y cesó la monarquía en Francia, la sangre de  La Leonesa Sangrienta y su amado Olivier IV de Clisson fluyó por las venas de todos los monarcas franceses. 

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