La vida de los mexicanos ha cambiado drásticamente debido a la pandemia por COVID-19, afectando no solo a las personas económicamente activas, sino también a niños en edad escolar como a sus profesores.
La mayoría de los docentes piensa que su vocación se ha visto afectada, ya que no sólo brindan conocimientos académicos a sus alumnos, sino también social y sobre todo emocional.
“Concluir el ciclo escolar en esta nueva modalidad no es correcto, ya que involucra muchos aspectos para los niños, el más significativo es el emocional, pues ellos esperan despedirse de sus amiguitos, de su maestra, vivir todo el proceso de fin de curso de manera presencial”.
Sara, profesora estatal, con tres años de servicio, comentó que la nueva forma de trabajo -alterada debido a la contingencia sanitaria que se vive en el Estado de México- no es la más correcta, es mejor la presencial.
“Esta forma de educación digital no me gustaría que se aplicará en un futuro, porque se perdería la esencia de un maestro; un profesor tiene que formar al alumno no sólo en conocimientos, sino también en valores académicos, sociales y sobre todo emocionales”.
La profesora de educación primaria, refirió que el reto de cada docente debe ser manejar al 100 por ciento todos los programas y aplicaciones para así poder entregar la documentación requerida, ya que el cambio fue drástico al cambiar de lo presencial a lo digital.
Desafortunadamente, dijo la maestra Sara, no estamos preparados, necesitamos una amplia capacitación en las nuevas tecnologías, además de que todos los niños cuenten con una computadora en casa.
Finalmente la maestra señaló que lo que actualmente se está haciendo con la educación, es atender a contenidos y programas, sin tomar en cuenta el bienestar emocional de los niños y que realmente aprendan, “es por eso que la esencia del profesor -en época de COVID- se está perdiendo, ya que no tiene contacto físico con sus alumnos”.