CUANDO MÉXICO INVADIÓ EL SALVADOR… Y PERDIÓ.

Por Alexander Martínez.

El jueves 27 de septiembre de 1821, 11 años y 11 días después de iniciada, se consuma la independencia de la Nueva España, cuando el Ejército de las Tres Garantías o Trigarante hiciera su entrada triunfal a la ciudad de México después de que se firmaran los Tratados de Córdoba 34 días atrás (24 de agosto), en los cuales la Nueva España era reconocida como un imperio independiente, el “Imperio Mexicano”.

El 19 de octubre de ese mismo año,  Agustín I envía una invitación a Gabino Gaínza, capitán general de Guatemala, para que formaran parte del imperio, y a pesar de la inconformidad de varios ayuntamientos, unos tres meses después, el 5 de enero de 1822 mediante una proclama de las elites criollas de la ciudad de Guatemala, las provincias de Centroamérica declararon su unión al Imperio…a excepción de la Intendencia de  San Salvador, que denunció la anexión como ilegítima.

Así, el 11 de enero de 1822, San Salvador abolió la esclavitud, detuvo el envío de tributo que se otorgaba a los reyes españoles y se declaró libre e independiente de España, del Imperio Mexicano y de cualquier otra potencia. Decisión que a la postre le costó una invasión.

Como una guarnición imperial mexicana había llegado a Guatemala comandada por el brigadier Vicente Filísola y, por orden del monarca mexicano, Gabino Gaínza había dejado el poder en manos de este y abandonado la provincia con rumbo a México, El Salvador, bajo la dirección del eclesiástico José Matías Delgado y el General Manuel José Arce y Fagoaga, tuvo que  prepararse para la lucha armada.

La ofensiva desde Guatemala para someter a San Salvador empezó con el despliegue de las tropas al mando del sargento mayor José Nicolás de Abós y Padilla, que trabó combate con las milicias salvadoreñas comandadas por Arce, quien triunfó en la batalla de Llano El Espino. Una ofensiva posterior, al mando de Manuel Arzú, llegó hasta San Salvador,  pero no pudo consolidar la ocupación.

Para cesar las hostilidades,  el congreso de San Salvador declaró una anexión condicional al imperio mexicano, pero la propuesta fue rechazada por el emperador, quien tomó como disensión la conducta de San Salvador y ordenó su sometimiento

El 29 de mayo de 1822, Agustín I ordenó a Vicente Filísola invadir San Salvador, tratar a los patriotas salvadoreños como perturbadores del orden y castigarlos con severidad.

El 14 de enero de 1823, las tropas mexicanas y salvadoreñas entablaron el combate en la zona de El Guayabal y Guazapa, y posteriormente el 7 de febrero cerca de Mejicanos, en las cuales las tropas mexicanas salieron victoriosas y tomaron la población.

Tras estas batallas los salvadoreños debilitados tuvieron que abandonar San Salvador con el general Arce gravemente enfermo. Filísola envió una nota a Arce en la que se exhortaba, por última vez, la incorporación de San Salvador al Imperio Mexicano.

Arce respondió con una negativa a dicha invitación y advirtió que seguirían resistiendo por medio de las armas. Pero tras las derrotas sufridas ante el ejército imperial, nada pudieron hacer y Filísola pudo entrar a la ciudad el día nueve y declarar la anexión de la provincia.

Sin embargo la anexión no duraría mucho, pues el fracaso del Imperio mexicano en marzo de 1823, puso fin al asedio de la provincia y permitió que se convocara a la Asamblea Nacional Constituyente que, el 1 de julio de 1823 declaró la independencia absoluta no solo de San Salvador, sino de todas las Provincias Unidas del Centro de América.

Así, aunque México ganó las batallas, perdió la «guerra»; a partir de entonces, perdió territorio tras territorio, y culminó, no con la venta de La Mesilla en 1853 como muchos creen, sino con la cesión de la isla de Clipperton a favor de Francia en 1934.

Máxima extensión territorial alguna vez alcanzada por México

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