Juana González
Cruz, de 41 años de edad, trabajadora de limpieza, y Víctor Ansástegui Rosas,
de 29 años de edad, encargado de un cibercafé, se sumaron a la lista de
derechohabientes del ISSEMyM que han podido renacer gracias a los trasplantes
de riñón que se realizan en la institución.
No es exagerado calificarlo de esa forma, pues Víctor, del poblado de Santiago
Tlacotepec, en Toluca, llegó al ISSEMyM para su operación sin poder caminar,
desgastado tras seis años de diálisis peritoneal, aparentando la edad de un
hombre de 50 años, según comentan las enfermeras a su cuidado. Ahora se siente
recuperado y con ganas de andar en bicicleta, una de sus viejas pasiones.
Por su parte, Juana Hernández González, oriunda de San José del Rincón, también
tiene un futuro promisorio, luego de tres años de hemodiálisis, agradece a
Dios, a los médicos y a las enfermeras que la ayudaron a volver a tener una
vida más normal, pues para ella representaba un verdadero viacrucis tener que
cumplir, en su situación, con su actividad laboral, las faenas de su casa y las
visitas frecuentes al hospital para recibir sus tratamientos.
“Son enfermos renales crónicos que cada uno tiene, han tenido, su tratamiento
sustitutivo: Juana ha recibido hemodiálisis y Víctor está en diálisis
peritoneal desde hace mucho tiempo y gracias a los cuidados que se les da por
parte del Servicio de Nefrología y el apoyo de tratamiento sustitutivo por
parte del Instituto, lograron mantenerse en lista de espera hasta ser
trasplantados”, explicó el Doctor Vicente Cardona Infante, encargado de la
Unidad de Trasplantes del Centro Médico ISSEMyM.
La oportunidad que tuvieron Juana y Víctor de conseguir un órgano que les
permitiera ser trasplantados y ampliar su esperanza de vida no siempre llega a
las personas que padecen insuficiencia renal, toda vez que el número de órganos
disponibles, tanto de personas vivas o fallecidas, es limitado.
Ellos son de los afortunados que un día recibieron la anhelada noticia de que
fue encontrado un donador compatible.
“Fue el viernes 30 de noviembre de 2018. Me llamaron por teléfono aquí de la
clínica, para hacer mis estudios, todo en general, para el otro día, a las dos
de la tarde, para el trasplante.
“Salí bien, perfectamente; entré el viernes y me operaron el mismo viernes me
operaron y ya al otro día salí a las 12 del día, de volada”, comentó Víctor.
La señora Juana también relató cómo vivió el proceso que culminó con la grata
noticia, pues “sí era complicado por venir a cada rato, tres veces a la semana,
al hospital y tener que llegar allá a hacer igual lo de la casa y todo eso;
ahorita pues ya me siento diferente.
“Esperé como cinco años, pero hace un año igual me iban a trasplantar, pero
pues me puse mal, igual me llamaron pero no, porque me enfermé de otra cosa y
ya no se pudo, y entonces hasta ahorita que apenas fue”.
Ella nunca perdió la esperanza ni la fe de poder ser trasplantada porque
“siempre he confiado en Dios y siempre esperé lo que él decidiera para mí y
pues me dio este regalo y se lo agradezco mucho a Dios”.
En ambos casos, los riñones trasplantados proceden de personas fallecidas,
situación que continúa siendo más común que obtener órganos de donantes en
vida, a causa de factores muy diversos, fundamentalmente de índole cultural y
religioso.
“Sin donante no hay trasplante. El mensaje a la ciudadanía sería que
investigue, que se documente al respecto y que cuando tengan la posibilidad y
alguien se acerque y les diga que aunque su familiar haya fallecido, tienen la
posibilidad de que éste trascienda donando.
“Creo que es lo mejor que le pueden hacer, porque pues finalmente los órganos,
ya una vez disponiendo de ellos, enterrándolos, cremándolos, ya no van a
funcionar; sin embargo, teniendo la oportunidad de donar, van a prolongar y a dar
vida a otras personas que lo requieren, y yo creo que es el mejor acto de
solidaridad que podemos, y de amor, que podríamos dar nosotros en vida”,
comentó el Doctor Vicente Cardona.
Si bien falta mucho por avanzar para generar una verdadera cultura de
trasplantes, las operaciones de trasplantes de riñón son cada vez más
frecuentes, particularmente en el ISSEMyM, que es Institución pionera en este
campo.
“Llevo 22 años trabajando en esta área, ya como especialista, y todavía no dejo
de sorprenderme cuando hacemos una cirugía e implantamos nuevamente el riñón
que quitamos de otra persona, que estuvo un periodo fuera de su circulación, y
lo venimos a implantar en otra persona, y vemos como ésta se llena de vitalidad
y empieza a funcionar, yo creo que es una satisfacción muy importante en lo
personal”, finalizó el encargado de la Unidad de Trasplantes del Centro Médico
ISSEMyM.