El sismo de mayor magnitud en Taiwán en un cuarto de siglo remeció la isla durante la hora pico de la mañana del miércoles, dañando edificios y provocando la muerte de por lo menos siete personas.
En la capital, Taipéi, cayeron baldosas de los edificios más antiguos y las escuelas evacuaron a sus alumnos a campos deportivos, equipándoles con cascos amarillos de seguridad. Algunos niños se cubrieron con libros de texto ante la posibilidad de objetos caídos mientras continuaban las réplicas. Más tarde, un edificio de cinco pisos en el condado Hualien, cerca del epicentro en el mar, quedó inclinado en un ángulo de 45 grados sobre su primer piso derruido.
Siete personas murieron en el temblor, registrado justo antes de las 8 de la mañana, según la agencia nacional de bomberos de Taiwán. El diario local United Daily News señaló que tres senderistas fallecieron durante un deslave en el Parque Nacional Koroko y un conductor de camioneta murió en esa misma zona después de que grandes rocas golpearan su vehículo.
Había 736 heridos y 77 personas atrapadas, según estadísticas del gobierno. El sismo y las réplicas también provocaron 24 aludes de tierra y dañaron 35 carreteras, túneles y puentes.
La agencia sismológica de Taiwán reportó una magnitud de 7,2 para el terremoto, mientras que el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus iniciales en inglés) lo situó en 7,4. El sismo se produjo unos 18 kilómetros (11 millas) al sur-suroeste de Hualien, con una profundidad de unos 35 km (21 millas). Los sismos a menor profundidad tienden a causar más daños en la superficie. El temblor provocó una alerta de tsunami que se retiró más tare.
Las autoridades señalaron que sólo anticipaban un sismo relativamente leve de magnitud 4 y por lo tanto no enviaron alertas. De cualquier forma, el sismo fue de suficiente intensidad para asustar a algunas de las personas acostumbradas a estas sacudidas.