Está comprobado científicamente que los perros pueden ayudar a combatir el estrés, además de que son una pieza fundamental para que los niños y adultos convivan y puedan hacer más llevadero el confinamiento que actualmente se vive por COVID-19.
Un ejemplo de ello, es Harley el “Tuerto”, un perro de raza Pug que ha ayudado a los médicos y enfermeras del hospital 20 de Noviembre del ISSSTE a reducir la ansiedad.
Es así que los perros que se tiene en casa pueden ayudar a las familias a reducir el estrés, pues su sola presencia relaja, acariciarlo disminuye la presión cardiaca, y jugar con él ayuda a producir oxitocina, es decir, hormonas de la felicidad.
La psicóloga Cristina Jiménez, señaló que los niños que tienen una mascota sea perro o gato, o cualquier otra especie deben pasar tiempo con ellas, ya que la convivencia les ayudará a hacer más llevadero el confinamiento.
Dijo que la actividad que realiza el perrito PUG con las enfermeras el loable, ayuda a relajar a adultos que han pasado un día estresado con cargas severas de trabajo, es así, que el perrito que tenemos en casa será de mucha ayuda para los menores en edad escolar, pues además de estar encerrados, no han podido ver a sus amiguitos ni han salido a relajarse.
Por ejemplo Braulio, un niño de casi 10 años, tiene más de dos meses encerrado y concluyendo su ciclo escolar a través del internet, interactuando solo con su maestra, sin poder ver, ni jugar con sus compañeros de clase.
Hay momentos en que se desespera y desea regresar a escuela, pero tiene a su fiel compañera Keilly, una perra pastor Australiano, con la que juega por ratos, cuando se siente solo y sin ningún amigo con quien compartir sus cosas.
Su mascota, le ayuda a mitigar el encierro -que por días se vuelve tedioso- y ahora Keilly, es parte importante de la familia, pues calma también a sus padres que por ratos juegan con el can, para desestresarse.