La peregrinación anual que miles de fieles católicos realizan al santuario del Tepeyac para visitar a Santa María de Guadalupe en la Ciudad de México, podría ser virtual, debido a las condiciones sanitarias que aun prevalecen en el Estado de México.
A través de un comunicado, el Arzobispo Francisco Javier Chavolla Ramos solicitó a los fieles considerar la posibilidad de preparase a través de los medios virtuales, para poder vivir el espíritu de la peregrinación, de manera que no pase desapercibida esta fecha tan significativa para la Iglesia Arquidiocesana.
“La peregrinación anual que nuestra iglesia particular de Toluca realiza al Santuario del Tepeyac, en el mes de febrero, para venerar la amada imagen de la Bienaventurada Virgen María, en su advocación de Guadalupe, en esta ocasión está condicionada por la pandemia originada por el COVID-19”.
Esta crisis sanitaria, dice el documento, ha afectado al mundo entero y también a nuestra patria, la hemos vivido de modos muy diferentes: como afectados directamente por el virus, como familiares de afectados, como cuidadores, médicos, agentes de pastoral; con diferencias y a menudo muy nerviosos en nuestra vida familiar y profesional, como jóvenes o como miembros de grupos de riesgo.
Sin embargo, exhortó a los católicos a recordar que el sentido de la peregrinación es hacernos consciente que somos el «Pueblo de Dios» (cf.LG cap. II) que peregrina hacia la casa del Padre, donde nos aguarda Cristo, que es nuestro camino (cf. Jn 14, 1-6), y la Virgen nos acompaña como perfecta discípula de Cristo y como nuestra Madre, que vela siempre por nosotros por encargo de su amado Hijo (In 19, 26).
Chavolla Ramos refirió que, si la providencia divina nos concediera, para el mes de febrero del próximo año, haber podido superar las condiciones de salud de esta crisis del COVID-19, entonces estaríamos organizándonos de manera adecuada para poder realizar nuestra peregrinación anual a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, acatando siempre las medidas sanitarias que las autoridades civiles y eclesiásticas establezcan.
Si no fuera así, nos veríamos entonces en la necesidad de suspenderla hasta el año 2022, por lo que exhorto fraternalmente al Responsable diocesano de la peregrinación para que, junto con los coordinadores de las Comisiones Arquidiocesanas de la pastoral profética, litúrgica y de las comunicaciones, elaboren una serie de catequesis que puedan ofrecer a los peregrinos a través de las parroquias, a fin de que puedan vivir el espíritu de la peregrinación en tiempos de pandemia.