El Arzobispo de Toluca, Francisco Javier Chavolla Ramos abordo de un helicóptero acompañado del obispo auxiliar monseñor Maximino Martínez Miranda así como del Santísimo Sacramento, lanzaron bendiciones para el pueblo católico, con el objetivo de que los males que actualmente azotan al estado y al país pronto terminen.
En punto de las 11:00 de la mañana de este jueves, el Arzobispo salió rumbo al aeropuerto para abordar una aeronave y bendecir al pueblo mexiquense, solicitando a través de la oración, que el virus se contenga pronto para que todo pueda volver a la normalidad.
Chavolla Ramos, rezó una oración y pidió a Jesús Sacramentado proteger a los pueblos que conforman la Arquidiócesis de Toluca, de la pandemia de Coronovirus COVID-19.
En su mensaje que fue trasmitido vía redes sociales, monseñor Chavolla Ramos dijo “te pedimos Jesús que bendigas al pueblo que forma parte de la Arquidiócesis de Toluca, que lo protejas y lo cuides. También te pido que le concedas bienestar y sobre todo la salud en estos tiempos donde la emergencia sanitaria ha crecido derivado de la epidemia mencionada”.
“Bendice en una forma especial a estos pueblos que vamos a recorrer, pues por eso te llevaremos con nosotros para que los puedas bendecir, acompáñanos y derrama tu amor y bendición sobre esta tierra”, indicó monseñor Chavolla Ramos mientras rezaba ante el Santísimo Sacramento momentos antes de sobrevolar el Valle de Toluca.
Posteriormente el Arzobispo de Toluca y el obispo auxiliar, se dispusieron a abordar un helicóptero con al Santísimo Sacramento, la imagen de la Virgen María y la reliquia de Juan Pablo II, para dar inicio al recorrido por el aire y llevar bendición a toda la feligresía.
De acuerdo a la narración realizada durante la trasmisión en vivo del recorrido, el Arzobispo de Toluca recorrió la zona de Lerma, Xonacatlán, Tenancingo, Tenango del Valle, Santiago Tianguistenco, Valle de Bravo, Villa Victoria, y la ciudad de Toluca.
Cabe mencionar que el paso fugaz del Arzobispo por Toluca se registró alrededor de las 12:18 horas y sólo duró un par de minutos, por lo que muchos fieles se quedaron esperando el acto de bendición desde sus hogares e inclusive sobre las calles y avenidas de la ciudad.